La diabetes sigue en el punto de mira de los especialistas en salud. En 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el Pacto Mundial contra la Diabetes, una iniciativa global centrada en la prevención y el cuidado de la enfermedad. Recientemente un estudio internacional, publicado en The Lancet, alerta de que en 2050 se prevé que más de 1.310 millones de personas padecerán diabetes en el mundo, una enfermedad caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios. El trabajo, basado en datos de 204 países, revela que en 2021 ya era un problema de salud pública, con 529 millones de casos en todo el mundo, siendo la diabetes de tipo 2 la más prevalente (96,0 %), y estima que en las próximas tres décadas será aún mayor.
Proyección en España
La prevalencia de diabetes en España (14,8 %) supera la media europea (9,2 %), según la Federación Española de Diabetes (FEDE). En las próximas décadas, ¿podría llegar al pronóstico que estima el estudio internacional? “Desgraciadamente, los datos del estudio son totalmente superponibles a la realidad española. Tenemos una incidencia bastante alta de casos de diabetes tipo 2, que suele aparecer en torno a los 50-60 años, pero que actualmente estamos empezando a diagnosticar en niños, y las condiciones sanitarias en las que vemos a las personas (alto índice de masa corporal, envejecimiento, etc.) hacen que la previsión se ajuste bastante a lo que vamos a ver en España en los próximos años”, explica a Univadis España la Dra. Cristina Tejera, miembro del Área de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Este crecimiento, en palabras de la endocrinóloga, estaría encabezado por la diabetes de tipo 2, tal y como se refleja en el trabajo de The Lancet. “El principal factor de riesgo que influye en el aumento de la diabetes tipo 2 es el exceso de grasa corporal, en forma de sobrepeso u obesidad”, añade Tejera. Quien explica que el excedente de grasa corporal promueve un estado proinflamatorio crónico que acaba alterando el funcionamiento de las células pancreáticas y produciendo resistencia a la insulina. “Las causas del incremento de la obesidad y el sobrepeso son el envejecimiento de la población, ya que cada vez vivimos más y con la edad vamos ganando grasa corporal, y también el estilo de vida sedentario que llevamos, con mucho estrés, poco ejercicio físico y con una alimentación poco saludable (alimentos procesados)”, señala.
El estudio también apunta a los cambios demográficos como factor determinante en el crecimiento de la diabetes en los próximos años. Según explica la doctora Cristina Tejera, “se refiere fundamentalmente al cambio en la pirámide poblacional, en el sentido que cada vez tenemos una sociedad más envejecida, y también a los cambios demográficos debidos a la inmigración. Para las personas inmigrantes supone un estrés el cambio de estilo de vida, de cultura, de hábitos alimentarios. Vemos que sufren más diabetes de tipo 2 que otros colectivos”.
Prevención en Atención Primaria
La diabetes de tipo 2 se puede prevenir en gran medida y, en algunos casos, incluso revertir si se trata en las primeras etapas de la enfermedad. En España se estima que casi la mitad de los casos de diabetes no están diagnosticados, según la Sociedad Española de Diabetes.
“Habría que buscar activamente a estos pacientes y realizarles una prueba de cribado”, apunta la endocrinóloga. ¿Qué perfil tienen? “Por ejemplo, las mujeres que hayan padecido diabetes gestacional en el embarazo tienen más riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 en la edad media de la vida. También las personas por encima de los 50 años, los pacientes con factores de riesgo cardiovascular, quienes tengan familiares de primer grado con diabetes de tipo 2, o quienes presenten un índice de masa corporal mayor de 27 que sería un sobrepeso grado 2. Si estas personas consultan por otro motivo en el centro de salud, habría que aprovechar y hacerles una prueba de cribado de diabetes”, sugiere la doctora.
Las recomendaciones para prevenir esta enfermedad pasan por seguir un estilo de vida saludable: “Se debe recuperar la alimentación tradicional: productos frescos, de temporada, de proximidad, e intentar cocinar en casa sería fundamental. También evitar el sedentarismo, pero no vale estar todo el día sentado y luego pasarse una hora en el gimnasio, sino que hay que incrementar la actividad física a lo largo del día. Por supuesto, intentar mantener el peso saludable, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol”, recomienda la especialista.
Por último, la doctora Cristina Tejera apunta a la necesidad de desarrollar una serie de políticas que promuevan la creación de más zonas verdes, de deporte y de ocio, así como a políticas de información para que las personas sepan cuáles son las elecciones más saludables en alimentación, además de que haya posibilidad de comprar esos productos frescos de una forma asequible por todo el mundo.
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