La tasa de longevidad de los gallegos es una de las más altas de Europa. La influencia de la dieta atlántica en este hecho es una de las razones que puso sobre la mesa Cristina Tejera, especialista en endocrinología y nutrición del CHUF, en la mesa saludable sobre la dieta atlántica organizada por La Voz de Galicia.
«En la longevidad de los gallegos influyen muchos factores, pero, sin lugar a dudas, el secreto reside en la dieta atlántica», aseguró Tejera. La endocrinóloga explicó que las peculiaridades de este tipo de dieta son «el alto consumo de pescado y marisco, de cereal (patatas y legumbres) y frutas y hortalizas de temporada, empleando para la elaboración el aceite de oliva». «También aporta proteínas de origen animal —añadió— con un alto consumo de lácteos y de productos derivados, así como de carnes (ave, vacuno, porcino); junto a grandes cantidades de agua, que garantizan una buena hidratación, y consumo moderado de alcohol de la tierra». Entre otros beneficios de este sistema de alimentación se incluyen también la fibra, los hidratos de carbono complejos y las proteínas de alto valor biológico, «necesarias para mantener la masa muscular, fundamental para envejecer de forma saludable».
La experta incidió en la importancia de este estilo de vida para combatir la obesidad. «Galicia está en lo más alto del ránking en obesidad, y eso se asocia con numerosas complicaciones. Se asocia a diabetes, hipertensión, tabaquismo, sedentarismo… y acaba desembocando en episodios cardiovasculares y hospitalizaciones. Por eso prevenir la obesidad va a ser un punto clave para evitar todos estos efectos perjudiciales».
Por otro lado, Cristina Tejero recordó que en el ámbito científico «cada vez hay más datos de los efectos favorables de la dieta atlántica, como el estudio Galiat, que demostró que es beneficiosa para disminuir los niveles de colesterol y para bajar de peso».
En Portugal, otra investigación asoció el patrón dietético atlántico con la disminución del riesgo cardiovascular. «El perfil de esta dieta también se demostró que en las analíticas mejora ciertos parámetros que son marcadores inflamatorios», afirma.
No obstante, a pesar de los beneficios de la dieta atlántica, la experta en nutrición considera que hay todavía mucho que mejorar. «Por ejemplo, en teoría lideramos el consumo de pescado, pero no es la realidad que palpo en las personas con patologías». Otro de los aspectos a implementar es el de la educación. «Es muy importante trabajar en la educación para la salud —explica— porque a través de un estilo de vida saludable con una dieta adecuada se pueden prevenir muchas enfermedades».
Por eso, insiste, «hay que centrarse en los niños». «Hay muchos profesores motivados que entienden que la salud también está en la nutrición, pero se debería ir más allá y apostar por una asignatura», afirma.